lunes, 6 de octubre de 2008

Las aglomeraciones

Con la edad, uno que era tolerante y se acomodaba a todo, empieza a estar harto de muchas cosas. Una de ellas es la mania historica de la gente de hacer lo mismo al mismo tiempo. Creo que para eso hay una razon de productividad social mas o menos decente: si todo el mundo hace una gran fiesta el mismo dia, ese dia se pierde laboralmente, pero luego todos al dia siguiente siguen trabajando normalmente. Sin embargo, si cada uno hace la fiesta cuando le da la gana, aunque no se deja de trabajar nunca, creo que la productividad global seria menor. Cuando hablo de fiesta, me refiero a dia sagrado, fiesta religiosa, pagana, vacaciones, fin de año, las rebajas, la botellona del viernes noche, la eurocopa o cualquier otro evento que congregue a un numero significativo de gente haciendo la misma cosa.
Ahora la sociedad ha cambiado mucho. Vivimos en nucleos de poblacion mucho mas grandes que antiguamente, donde el ocio es omnipresente y disfrutable practicamente a cualquier hora del dia (o de la noche). Pero seguimos con unos patrones festivos propios del pasado.
Y es que estoy harto de eso, de las aglomeraciones. Estoy harto de que la gente haga lo mismo, en los mismos sitios, al mismo tiempo. Estoy harto de decidir ir a comprar un sabado por la mañana y que a otras cien mil personas se les haya ocurrido lo mismo. Estoy harto de tener que pelearme por conseguir una entrada de futbol o de un concierto. Harto de guardar cola para poder ver una pelicula en el cine. Harto de chuparme un atasco para ir a la playa un domingo y harto de tener que reservar mesa en un restaurante para poder cenar.
Sin embargo, lo que mas me harta es el hecho de que a la gente parece que le gusta hacer las cosas cuando las hacen los demas. En la ciudad de donde vengo, si un bar esta lleno hasta la bandera, significa automaticamente que es un buen sitio. Si se quiere ir a una discoteca, parece que las copas saben mejor y uno baila con mas ritmo si tienes que esperar 10 minutos para que te atienda el camarero y tienes que usar los codos para apartar a la gente al hacer tus movimientos en la pista.
En Bruselas, la ciudad donde vivo, hacen una vez al año una bonita iniciativa (que luego disfrazan de ecologismo) llamada el dia sin coche, donde, salvo excepciones, nadie puede usar su vehiculo. Los transportes publicos funcionan gratuitamente y la calle se llena (aglomeracion nuevamente) de bicicletas, monopatines, etc. Es un dia para disfrutar de la ciudad desde otro punto de vista.
Otra interesante propuesta podria ser el "Dia sin personas", donde durante un domingo no estuviera permitido que la gente se quedara en Bruselas (salvo excepciones). Rescatando a A. Machado, Bruselas sin bruselenses. Una ciudad vacia, para el disfrute del silencio, de la quietud. Un sitio donde la maxima aglomeracion sea la gente con la que realmente quieras estar.
A lo mejor lo que tengo que hacer es mudarme al campo...

1 comentario:

Anónimo dijo...

CON LO QUE TUS HAS SIDO DE BULLAS EN LA MADRUGÁ...